Proverbios chinos (IX): el lenguaje

Refranes orientales sobre palabras, parecidos y conversaciones. Extracto del libro 'Los mejores proverbios chinos', recopilación de Jaime Piñeiro.

Un hombre habla al público en una terraza
Foto de Priscilla Du Preez / Unsplash.

Parte Novena

El lenguaje

I. Conversación


1144. Hablar no es siempre conversar.

1145. Cuando conozcas a alguien di pocas palabras; no vendas lo que tienes en el corazón.

1146. Ten cuidado con los oídos extraños. Lit.: Las paredes tienen oídos y grietas.

1147. Se podrá cortar una cabeza, pero será muy difícil frenar una lengua.

1148. Si una palabra no da en el blanco, a mil más les ocurrirá lo mismo.

1149. Habla para agradar; las palabras sinceras provocan desagrado.

1150. Quien sabe no habla; quien habla no sabe.

1151. Siéntate a solas y medita sobre tus propias faltas; en una conversación no hables de las de otros hombres.

1152. Tanto en las bodas como en los entierros es difícil responder con sinceridad.

1153. No desperdicies el tiempo repitiendo una cosa tres veces.

1154. Las preguntas descubren la amplitud del ingenio y las respuestas su agudeza.

1155. Hay personas que comienzan a hablar un momento antes de haber pensado.

1156. Si preguntas algo que ya sabes es que proyectas hacer algo que no debes.

1157. El espíritu y el sentimiento se forman con la conver sación.

1158. La conversación entre viejos y jóvenes termina generalmente con el desprecio o la piedad mutuas.

1159. No hables a un hombre de lo que no entiende.

1160. Jamás digas chistes ante un príncipe.

1161. Conversar es dar cuenta de nosotros mismos.

1162. El león abre su boca; el elefante la cierra; cierra también la tuya.

1163. Si se alaba o halaga a todo el mundo, ¿quién será entonces nuestro enemigo?

1164. Un necio puede hacer en una hora más preguntas que las que un sabio puede contestar en siete años.


II. Parecidos


1165. Como perro apaleado.

1166. Un abandonado es como un perro cuyo amo ha muerto.

1167. Como pez fuera del agua.

1168. Duro como una piedra.

1169. Tan lejos como el cielo de la tierra.

1170. Tan lejos como el cielo del fondo del mar.

1171. Tan flojo como el algodón.

1172. Tan duro como el hierro.

1173. Tan claro como los cantos en el fondo de un arroyo.

1174. Tan monótono como la laca negra.

1175. Tan agudo como una mala lengua.

1176. Tan repentino como el ruido del trueno en el cielo.

1177. Tan puro como el agua y tan claro como un espejo.

Respiración consciente, por Thich Nhat Hanh
Meditación dirigida por el monje budista Thich Nhat Hanh. Traducción al español del discurso original de la app Insight Timer.

III. Palabras


1178. Si recuerdas en todo momento las palabras que pronunciaste, disfrutarás de paz constante.

1179. Hay palabras que son buenas, pero hace daño escucharlas; son como algunas drogas amargas al paladar, pero que curan.

1180. No hables en manera alguna hasta que tengas algo que hablar.

1181. Las palabras son médicos del ánimo enfermo.

1182. Las palabras musitadas al oído se escuchan a mil kilómetros de distancia.

1183. Si tus palabras no son agradables procura retener la mitad de ellas.

1184. Hablar sin pensar es como disparar sin apuntar.

1185. Escucha las palabras de un hombre si quieres conocer su mente.

1186. Se hacen visibles las intenciones de un hombre cuando abre la boca.

1187. No hables nunca de lo que no entiendes.

1188. Es mucho más fácil censurar que alabar.

1189. La palabra salida de la boca no vuelve a encerrarse dentro de ella

1190. La palabra que retienes dentro de ti es tu esclava. La que se te escapa es tu señora.

1191. La lengua disimula y encubre los designios.

1192. La palabra es mitad de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha.

1193. Lo que dice una sola persona puede ser falso, y cierto lo que dicen cien.

1194. Se cerrará la herida abierta por un afilado cuchillo, pero nunca morirá el odio provocado por palabras lignas.

1195. Cuidado con el exceso de palabras, porque cuando son muchas siempre se deslizan errores.

Micrófono para hablar en público
Foto de Kane Reinholdtsen en Unsplash.

1196. Las palabras amargas son una medicina y las dulces una epidemia.

1197. Si tienes algo que decir, dilo claramente. Jamás lo ocultes.

1198. Las buenas palabras son como un collar de perlas.

1199. Así como la luz de una sola estrella ilumina las montañas de muchas regiones, así una sola expresión descuidada o indiscreta puede dañar a la virtud de toda una vida.

1200. Es más fácil decir cosas nuevas que conciliar entre sí las que se han dicho anteriormente.

1201. Antes de decir algo piénsalo dos veces.

1202. Quien rara vez abre la boca a menudo cierra sus ojos.

1203. Cuando son pocas las dificultades los malos sueños son escasos. Cuando las palabras son escasas también lo serán las equivocaciones.

1204. La pluma puede llevar a mil kilómetros de distancia lo que uno dice.

1205. Las palabras y las obras jamás hacen buena liga.

1206. Pueden engañar los ojos, el rostro, pero muchísimo más la palabra.

1207. El que no sabe refrenar su lengua tampoco sabe hablar.


Extracto del libro 'Los mejores proverbios chinos', recopilación de Jaime Piñeiro, pp. 135-141.
Editorial Bruguera (1975)