El Sutra del Corazón (o de la perfección de la sabiduría)
Traducción al español del sutra "El corazón de la perfección de la sabiduría, la Madre Afortunada" a cargo del Ven. Aigo Castro, destinada a su lectura o recitación meditativa.
¡Veneración a la perfección de la sabiduría, la Madre Afortunada!
Así lo he oído en una ocasión. El Afortunado residía en la montaña del Pico del Buitre en Rājagṛha junto con una gran saṅgha de monjes y una gran saṅgha de bodhisattvas.
En aquel tiempo, el Afortunado reposaba en la absorción sobre las categorías de los fenómenos denominada iluminación de lo profundo.
En aquel mismo tiempo, el bodhisattva y gran ser, el noble Avalokiteśvara, mientras practicaba la profunda perfección de la sabiduría, observó y vio que los cinco agregados también son vacíos de una naturaleza intrínseca.
Así, debido al poder de Buddha, el venerable Śāriputra preguntó al bodhisattva y gran ser, el noble Avalokiteśvara: “¿De qué modo los hijos de noble familia o las hijas de noble familia deberán instruirse si desean dedicarse a la práctica de la profunda perfección de la sabiduría?”.
El bodhisattva y gran ser, el noble Avalokiteśvara, respondió al venerable Śāradvatīputra: “Śāriputra, los hijos de noble familia o las hijas de noble familia que deseen dedicarse a la práctica de la profunda perfección de la sabiduría deberán ver las cosas de esta manera: deberán observar de modo correcto que los cinco agregados son vacíos de una naturaleza intrínseca.
“La forma es vacía. La vacuidad es forma. La vacuidad no es otra que la forma; asimismo, la forma no es otra que la vacuidad. Del mismo modo, la sensación, la percepción, la formación y la conciencia son vacías.
“Śāriputra, por consiguiente, todos los fenómenos son vacuidad; son sin características, no nacidos, no cesados, sin manchas, sin ausencia de manchas, no deficientes y no completos.
“Śāriputra, por consiguiente, en la vacuidad no hay forma, ni sensación, ni percepción, ni formaciones, ni conciencia, no hay ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente, ni forma, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni objeto tangible, ni objeto mental.
“No hay elemento del ojo, hasta que no hay elemento de la mente y además hasta que no hay elemento de la conciencia mental.
“No hay ignorancia ni extinción de la ignorancia, hasta que no hay vejez ni muerte, ni extinción de la vejez y de la muerte.
“No hay sufrimiento, ni origen del sufrimiento, ni cesación del sufrimiento, ni camino, ni sabiduría, ni obtención, ni no obtención.
“Śāriputra, por consiguiente, dado que los bodhisattvas no tienen obtención, se encomiendan y permanecen en la perfección de la sabiduría. Debido a que sus mentes no tienen velos, no tienen miedo. Tras haber ido más allá del error por entero, logran la culminación del nirvāṇa.
“Del mismo modo, todos los Buddhas que residen en los tres tiempos se han despertado por completo al insuperable y perfecto despertar por encomendarse a la perfección de la sabiduría.
“Por consiguiente, el mantra de la perfección de la sabiduría es el mantra del gran conocimiento, el mantra insuperable, el mantra que es igual a lo inigualable; el mantra que apacigua por completo todo sufrimiento. Debido a que no es falso, debe conocerse como verdadero.
“El mantra de la perfección de la sabiduría se declara así:
tadyathā gate gate pāragate pārasaṃgate bodhi svāhā
“Śāriputra, esta es la manera en que el bodhisattva y gran ser deberá instruirse en la profunda perfección de la sabiduría”.
Entonces, el Afortunado surgió de la absorción y otorgó su aprobación al bodhisattva y gran ser, el noble Avalokiteśvara, diciéndole: “¡Excelente!, ¡excelente!, hijo de noble familia, es así. Hijo de noble familia, es así. La profunda perfección de la sabiduría deberá practicarse tal como lo has enseñado, e incluso los Así Idos se regocijarán”.
Después de que el Afortunado hubiese dicho esto, el venerable Śāradvatīputra, el bodhisattva y gran ser, el noble Avalokiteśvara y toda la asamblea, así como el mundo con sus devas, seres humanos, asuras y gandharvas, se regocijaron y alabaron lo dicho por el Afortunado.
Esto completa el Sūtra del gran vehículo “El corazón de la perfección de la sabiduría, la Madre Afortunada”.
Colofón
Traducido por el preceptor indio Vimalamitra y el monje traductor Rinchen Dé. Editado y finalizado por los traductores-editores Gelo, Namkha y otros. Corregido con esmero y cotejado con lo escrito en el muro del templo Gegye Jema Ling en el glorioso Samye, el templo que quedó concluido de manera espontánea.